El problema de la resistencia -primeras intervenciones. Clase 2 Seminario 1

Jacques Lacan & Sigmund Freud

El análisis la primera vez. Materialidad del discurso. Análisis del análisis. ¿Megalomanía de Freud?

El problema de la resistencia. 

Lacan consideraba que Freud avanzaba en una investigación que no está marcada con el mismo estilo que las otras investigaciones científicas. Su campo es la verdad del sujeto.

Dice: La investigación de la verdad no puede reducirse enteramente a la investigación objetiva, e incluso objetivamente, del método científico habitual. Se trata de la realización de la verdad del sujeto, como dimensión propia que ha de ser aislada en su originalidad en relación a la noción misma de realidad.

Psicoanálisis ciencia de lo particular.

El análisis como ciencia es siempre una ciencia de lo particular. La realización de un análisis es siempre un caso particular, aunque desde el momento en que hay más de un analista, se presten, de todos modos, a cierta generalidad.

Pero con Freud la experiencia analítica representa la singularidad llevada a su límite, puesto que él estaba construyendo y verificando el análisis mismo. No podemos borrar este hecho, era la primera vez que se hacía un análisis. Sin duda alguna el método se deduce a partir de allí, pero sólo es método para los demás. Freud, él, no aplicaba un método. Si descuidáramos el carácter único, inaugural, de su proceder, cometeríamos una grave falta.

El análisis es una experiencia de lo particular. La experiencia verdaderamente original de este particular adquiere pues un valor aún más singular. Si no subrayamos la diferencia que existe entre esta primera vez…que emergen en la obra de Freud, y que posteriormente adquieren, en otros contextos, un sentido muy distinto, aunque pareciera calcados uno sobre el otro.

Anzieu interviene citando un pasaje de los “Estudios sobre la Histeria”

Lacan comenta al respecto: “Lo sorprendente, en este párrafo que usted invoca, es que se desprende de la metáfora pseudo-anatómica evocada cuando Freud habla de las imágenes verbales deambulando a lo largo de los conductos nerviosos. Aquí, lo que se estratificó alrededor del nódulo patógeno evoca un legajo de documentos, una partitura de varios registros. Estas metáforas tienden, inevitablemente, a sugerir la materialización de la palabra; no el sentido neurológico, sino una materialización concreta: la palabra empieza a fluir en las páginas de un manuscrito impreso.”

La noción de varios estratos longitudinales aparece aquí, es decir de varios hilos de discurso. Los imaginamos en el texto que los materializa en forma de haces literalmente concretos. Existe una corriente de palabras paralelas que, en determinado momento, se extienden y rodean al famoso nódulo patógeno –el cual, él también, es una historia- se abren para incluirlo y, un poco más adelante, vuelven a reunirse.

El fenómeno de la resistencia y su ubicación.

El fenómeno de la resistencia se sitúa exactamente allí. Existen dos sentidos, un sentido longitudinal y un sentido radial. Cuando queremos acercarnos a los hilos que se encuentran en el centro del haz, la resistencia se ejerce en sentido radial. Ella es consecuencia del intento de atravesar los registros exteriores hacia el centro.

En “Metapsicología”  Freud, llega incluso a escribir que la fuerza de la resistencia es inversamente proporcional a la distancia que nos separa del nódulo.

Freud considera resueltamente el discurso como una realidad en su esencia,… una realidad que está allí, legajo, conjunto de pruebas como suele decirse, haz de discursos yuxtapuestos que se recubren unos a otros, se suceden, forman una dimensión, un espesor, un expediente.

Freud no disponía aun de la noción, aislada como tal, de soporte material de la palabra… la resistencia que encontramos  es tanto mayor cuanto más se aproxima el sujeto a un discurso que sería el último y el bueno, pero que rechaza de plano.

Cuando nos esforzamos en alcanzar los hilos de discurso más próximos al nódulo reprimido, desde él se ejerce una fuerza de repulsión positiva, y experimentamos la resistencia.

Freud diría actualmente que la resistencia que encontramos es tanto mayor cuanto más se aproxima el sujeto a un discurso que sería el último y el bueno, pero que rechaza de plano.

Las nociones de resistencia son antiquísimas.

Desde el origen, desde las primeras investigaciones de Freud, la resistencia está vinculada a la noción de ego.

En Studien, vemos que no solo se considera al ego como tal, sino al ego como representante de la masa ideacional, nos damos cuenta que la noción de ego deja vislumbrar ya en Freud, todos los problemas que ahora nos plantea.

Cuando se leen estas primeras cosas a la luz de lo que desde entonces se ha desarrollado en torno al ego, todas las formulaciones, incluso las más recientes, parecen enmascarar en lugar de evidenciar.

La masa ideacional, es una organización compleja de certidumbres, creencias, coordenadas, referencias, que constituyen, hablando estrictamente, lo que Freud llamaba desde el comienzo un sistema ideacional, y que abreviando podemos llamar aquí el sistema.

Asimismo, (frente a esta masa ideacional) no pueden ustedes dejar de percibir algo que se asemeja singularmente a una fórmula que he podido darles, a saber que la constransferencia no es sino la función del ego del analista, lo que denominaba la suma de los prejuicios del analista.

¿Proviene la resistencia de allí, del sistema ideacional?

¿Es, sí o no, pura y simplemente la organización del yo lo que constituye, como tal, la resistencia? ¿Es esto lo que dificulta el acceso al contenido del inconsciente en sentido radial, para emplear el término de Freud? Henos aquí ante una pregunta muy simple, demasiado simple, y como tal insoluble.

Lacan para responder a estas preguntas, propone aplicar el análisis a la misma naturaleza de esta experiencia, mientras  ella también es una experiencia enmascarada para sí misma. <<<<<esto es aplicar al análisis mismo el esquema que él mismo nos ha enseñado.

Este método nos hará superar en mucho el simple catálogo formal de procedimientos o categorías conceptuales. Volver a examinar el análisis, en un examen a su vez analítico, es un procedimiento que revelará su fecundidad en relación a la técnica, como ya lo ha revelado en relación a los textos clínicos de Freud.

Critica de Lacan a la psicología del ego.

Los textos analíticos abundan en impropiedades metódicas…. Leemos también continuamente que el ego emite la señal de angustia, maneja el instinto de vida, el instinto de muerte; ya no se sabe dónde está la central, donde el guardagujas, donde la aguja. Todo es escabroso.

El ego, en la obra de Freud, (no es en absoluto esto) Cumple un papel funcional vinculado a necesidades  técnicas.

El Triunvirato: Hartman, Loewstein y Kris.

El triunvirato que funciona en Nueva York, Hartmann, Loewenstein y Kris, en su tentativa actual de elaborar una psicología del ego, se pregunta constantemente: ¿qué quiso decir Freud en su última teoría del ego? ¿Se han extraído, verdaderamente, hasta el momento sus consecuencias técnicas?

Lacan reconoce que los psicologistas del yo investigan en ese sentido, pero acota: “No podemos decir que lleguen a una formulación totalmente satisfactoria, pero investigan en este sentido y plantean principios teóricos que implican aplicaciones técnicas muy importantes que, según ellos, no se habían percibido.”

“Es muy interesante seguir este trabajo que se elabora a través de artículos que vemos sucederse desde hace algunos años, especialmente desde el fin de la guerra. Creo que en ellos se evidencia un fracaso muy significativo, que debe sernos instructivo.”

En todo caso, es grande la distancia recorrida entre el ego del que se habla en los Studien, masa ideacional, contenido de ideaciones, y la última teoría del ego, aún problemática para nosotros, tal como Freud la formulo a partir de 1920. Entre ambas, se encuentra ese campo central que estamos estudiando.

¿Cómo apareció esta última teoría del ego? Es la culminación de la elaboración teórica de Freud, una teoría extraordinariamente nueva y original. Sin embargo, en la pluma de Hartmann ella se presenta como si tendiera a incorporarse con todas sus fuerzas a la psicología clásica.

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En el artículo de Bergmann, Germinal cell, se considera como célula germinal de la observación analítica la noción de reencuentro y restitución del pasado. Hace referencia a los Studien über Hysterie para evidenciar que Freud hasta el final de su obra, hasta las expresiones últimas de su pensamiento, mantiene siempre en primer lugar esta noción del pasado, de mil maneras, y sobre todo bajo la forma de la reconstrucción. En este artículo, la experiencia de la resistencia no es considerada pues central

Discusiones…

Z.- Desde el punto de vista clínico, la noción de resistencia representa realmente una experiencia que todos enfrentamos alguna vez con casi todos los pacientes en nuestra práctica: resiste y eso me pone furioso.

Z.- Esa experiencia extremadamente desagradable en la que uno se dice: estaba a punto de encontrarlo, podría encontrarlo él mismo, lo sabe sin saber que lo sabe, no tiene sino que mirar más allá de sus narices, y este pedazo de imbécil, este idiota, todos los términos agresivos y hostiles que se nos ocurran, no lo hace. Y la tentación que se siente de forzarlo, de obligarlo…

Z.- Esta resistencia que hace pasar al analizado por idiota es lo único que permite al analista ser inteligente. Esto le permite una elevada conciencia de sí.

LACAN.- De todos modos, hemos de considerar, la trampa de la contratransferencia, puesto que así hay que llamarla, es más insidiosa que este primer plano.

Z*: Freud traslado sustituyó el poder indirecto y más potable que la ciencia ofrece sobre la naturaleza al poder directo sobre los seres humanos. Volvemos a ver aquí el mecanismo de intelectualización; comprender a la naturaleza y de ese modo someterla, fórmula clásica del determinismo, lo cual por alusión remite a ese carácter autoritario de Freud que puntúa toda su historia, y particularmente, sus relaciones tanto con los herejes como con sus discípulos

Hipersensibilidad de Freud.

Z.-  Es un elemento interesante a destacar. En el descubrimiento de la resistencia. ¿Es posible que la hipersensibilidad de Freud a la resistencia del sujeto, tenga relación con su propio carácter?

LACAN.- ¿qué es lo que le permite hablar de la hipersensibilidad de Freud?

Z.- El hecho de que él, y no Breuer, ni Charcot, ni los otros, la haya descubierto. Fue a él a quien le sucedió, porque la sintió más intensamente, y elucidó lo que había experimentada.

LACAN.- ¿Cree usted que destacar el valor de una función como la resistencia significa que quien lo hace tiene una intolerancia peculiar hacia aquello que le resiste?

Por el contrario, ¿no es acaso por haber sabido dominarla, por ir más lejos, y mucho ‘más allá, que pudo Freud hacerla uno de los resortes de la terapéutica, un factor que se puede objetivar, nombrar y manejar?

¿Cree usted que Freud es más autoritario que Charcot?, cuando Freud —en la medida en que pudo—renuncia a la sugestión para dejar integrar al sujeto aquello de lo cual está separado por las resistencias. En otros términos, ¿hay menos autoritarismo en quienes desconocen la resistencia, o en quien la reconoce como tal?

Yo tendería más bien a creer que quien, en el hipnotismo, intenta hacer del sujeto su objeto, su cosa, volverlo dócil como un guante, para así darle la forma que quiere, para sacar de él lo que quiere, está impulsado, en mayor medida que Freud, por una necesidad de dominar y de ejercer su poder. Freud parece, al contrario, respetuoso de lo que comúnmente también se llama la resistencia del objeto.

Z.- Desde luego

LACAN.- Creo que debemos ser muy prudentes aquí. No podemos manejar tan fácilmente nuestra técnica.

Cuando les hablo de analizar la obra de Freud, es para proceder a ello con toda la prudencia analítica. No debe hacerse de un rasgo de carácter una constante de la personalidad, y menos aún una característica del sujeto. Jones ha escrito, sobre este tema, cosas sumamente imprudentes, pero que son de todos modos mucho más matizadas que lo que ha dicho usted.

Pensar que la carrera de Freud ha sido una compensación de su deseo de poder, incluso de su franca megalomanía, de la que por otra parte quedan huellas en sus escritos, creo que es…

El drama de Freud, en el momento en que descubre su vía, no puede resumirse así. Después de todo hemos aprendido en el análisis lo suficiente como para no creernos obligados a identificar a Freud soñando con dominar al mundo, con Freud iniciador de una nueva verdad.”

Sr. HYPPOLITE: Con todo me parece —sin aceptar integralmente las fórmulas de Z* y las conclusiones que de ellas saca— que, en la dominación hipnótica de Charcot sólo se trata de la dominación de un ser reducido a objeto, de la posesión de un ser que ya no es dueño de sí. Mientras que la dominación freudiana consiste en vencer a un sujeto, a un ser que aún tiene conciencia de sí. Hay pues una mayor voluntad de dominio en el dominio de la resistencia a vencer, que en la pura y simple supresión de esa resistencia; sin que pueda deducirse que Freud haya querido dominar el mundo.

LACAN.- ¿En la experiencia de Freud, se trata acaso de dominio? Siempre tuve mis reservas sobre muchas cosas que no están indicadas en su modo de proceder. Su intervencionismo, en particular, nos sorprende si lo comparamos con algunos principios técnicos a los que ahora damos importancia. Pero no hay en este intervencionismo satisfacción alguna por haber obtenido la victoria sobre la conciencia del sujeto; menos seguramente, que en las técnicas modernas, que ponen todo el acento en la resistencia. En Freud, vemos una actitud más diferenciada, es decir más humana.

No siempre define lo que hoy se llama interpretación de la defensa, quizá no es éste el mejor modo de decirlo. Pero al fin y al cabo, “la interpretación del contenido cumple en Freud el papel de interpretación de la defensa.”

No creo que la promoción teórica de la noción de la resistencia pueda servir como pretexto para formular respecto a Freud esa acusación que va radicalmente en sentido opuesto al efecto liberador de su obra y su acción terapéutica

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